¡Entérate!

Dicen que más sabe el diablo por viejo que por diablo... ¡intentemos no tener que llegar a diablos para darnos cuenta de cómo funciona el mundo demasiado tarde! Muchas veces, la mayoría, hacemos reflexiones sobre nuestros propios actos una vez han pasado y ya no podemos hacer nada por cambiarlos. Entonces, es cuando nos entra la emoción de ira repentina, que trata de remediar aquello en lo que nos hemos confundido y posteriormente la emoción de tristeza, cuando nos damos cuenta de que es demasiado tarde para reaccionar cómo nos hubiera gustado, y ya no hay marcha atrás.

Es por eso que quería dedicar la entrada de hoy a un tema que nos afecta a todos. Y no son los impuestos, ni el hecho de que el Real Madrid haya perdido ante el Bayern...tampoco influye el tipo de personalidad que tengas, ni si el sol estaba poniéndose cuando tu madre te daba a luz. Esto es incluso más universal, es lo que en psicología se llama disonancia cognitiva, una teoría desarrollada por Leon Festinger.

Y más vale que te quedes con este concepto porque ¨tirarás¨ de él con mayor frecuencia de la que esperabas. La disonancia cognitiva se produce cuando mente y cuerpo no hacen lo mismo. Me explico: cada vez que un pensamiento se contradice con otro ha lugar una inconsistencia que produce una sensación de malestar. Así, las personas se esfuerzan para que sus pensamientos sean consistentes, no sólo con otros pensamientos sino también con su conducta.
Es desagradable para todos tener creencias contradictorias o creer una cosa y hacer otra.

Imagina a alguien que predica el hecho de llegar virgen al matrimonio pero luego, con su pareja tiene relaciones sexuales. Esa persona está viviendo una situación de disonancia cognitiva porque piensa una cosa pero hace la contraria.
Igualmente cuando el partido político opuesto a tus creencias tiene  un programa electoral que te convence más que el de tu partido de toda la vida, entrarás también en un estado de disonancia cognitiva.

De esta forma, el individuo escogerá una de estas cuatro opciones cuando se enfrente a una situación de este tipo (tomaré los ejemplos anteriormente mencionados):

  1. Cambiar su creencia original: ¨a partir de ahora, no me parece tan importante eso de llegar virgen al matrimonio¨.
  2. Cambiar su conducta: ¨voy a dejar de tener relaciones sexuales con mi novio/a y ser fiel a mi creencia primera¨, o por el contrario, ¨¡no es tan grave eso de tener relaciones con mi pareja! y de hecho, empiezo a pensar que es algo natural y normal¨.
  3. Cambiar algún aspecto de su entorno: ¨el sábado pasado fui a un meeting de mi partido de toda la vida y la verdad es que todas mis dudas se disiparon, ¡realmente la oposición no sabe cómo arreglar esta situación!¨
  4. Añadir nuevos elementos cognitivos: ¨el hecho de que por una vez vote a la oposición no afecta  porque es un simple voto y además, es la primera vez que lo hago¨. Igualmente, ¨el hecho de hacer el amor con mi pareja no es tan relevante, al fin y al cabo nos queremos y eso es lo que importa...¨
Como veis el ser humano necesita ser consistente con sus ideas, y coherente en sus conductas. Por eso, cuando te enfrentas a una situación que no te convence mucho tiendes a justificarte a ti mismo por el principio de ¨instinto de supervivencia¨ del ser humano. 
Si tienes que elegir entre dos opciones, trabajar en X o en Y, y te decides finalmente por X, tenderás a defender a muerte la opción que escogiste porque es desagradable estar trabajando en X cuando Y te parece mucho mejor. Así, comenzarás a desarrollar argumentos que te autoconvenzan a ti y tu entorno (amigos, familiares...) para sentirte más seguro de tu elección y poder automotivarte. 

Piensa en esto que te he dicho...juega con ello, sé consciente de que te autojustificas en muchas ocasiones por miedo al que dirán o por el simple miedo a haberte confundido. ¡Deja de seguir el camino que te han señalado como bueno y establece el tuyo propio!. Ya sabes el secreto...



Un beso,
Lucía

Comentarios

  1. Creo efectivamente que hay que jugar con ello. Crear un equilibrio y controlar la disonancia para salir mas fuerte que inseguro de esos enfrentamientos emocionales.

    Te mando un beso y ... no dejes de escribir.

    :)

    Jaime

    ResponderEliminar
  2. Desconocía que la "constante justificación" de nuestros actos, tuviese fundamento piscológico. Qué gracia! Pensaba simplemente, que el ser humano "modela" sus pensamientos en función de cada situación buscando la que me mejor le conviene. Sin duda, es el pan de cada día!

    ResponderEliminar
  3. A mi me encanta el vídeo y tengo un subconsciente q se encarga de no parar hasta tomar la decisión coherente conmigo, aunque pase tiempo!

    ResponderEliminar
  4. Enhorabuena Lucía! Esto me recuerda al "relativismo moral" del que habla Benedicto XVI. Tenemos un papa filósofo y nosotros sin saberlo! El todo vale, nada es bueno o malo, todo depende de mis circunstancias, de mis apetencias del momento, de lo que me interese... la autojustificación se convierte en un estilo de vida. Y al parecer se trata de una herramienta del cerebro para no acabar desquiciado ante tanta incoherencia. Pero la paz y la serenidad de espíritu que da la coherencia de vida solo se consigue luchando con vivir como piensas. Luchando, si, luchando. A veces exige lucha interior. Y, como dices, dar la cara sin importarte la opinión de los demás.
    "Si no vives como piensas, terminarás pensando como vives" Que importante es en la vida ser coherente, ser "de una sola pieza". Gracias por recordarnoslo, Lucía.
    Un beso,
    Nuria

    ResponderEliminar
  5. "Muchas veces, la mayoría, hacemos reflexiones sobre nuestros propios actos una vez han pasado y ya no podemos hacer nada por cambiarlos. Entonces, es cuando nos entra la emoción de ira repentina, que trata de remediar aquello en lo que nos hemos confundido y posteriormente la emoción de tristeza, cuando nos damos cuenta de que es demasiado tarde para reaccionar cómo nos hubiera gustado, y ya no hay marcha atrás."
    He aquí el por qué de mi carta de ayer... Yo ya he despertado y aprendo cada día (eso sí... le dedico un buen rato) deseo que los de mi alrededor lo hagan también... como dice Nuria es un recorrido interior y muchas veces duro... hay que dedicarle tiempo, esfuerzo y atención... pero cada persona lleva su ritmo y nada podemos hacer para acelerar el proceso ajeno.

    Esa disonancia cognitiva genera inseguridades y una lucha constante contra ti mismo, hay que aprender a identificar ese malestar, a escuchar a tu interior y dejar de luchar contra lo que el cuerpo nos pide.

    Me gusta el artículo! sigue así Lilu!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La ansiedad que nos pesa y la que nos hace crecer

Busco sensaciones

Se busca inspiración