Recuerdos de infancia

He sido tan inconsciente toda mi vida...y todavía lo soy aunque un poco menos.

Quiero dejar constancia de que lo más grande que tengo en la vida es mi familia, y en esa también está incluida mi novio y mis amigos más cercanos.

Quizá sea la Navidad que me pone un poco melancólica, o que trae a mi memoria ciertos recuerdos que parece están muy escondidos y que sin embargo, afloran cuando menos me lo espero y hacen que mi corazón se encoja y sólo recordarlos me emocionan tanto...

Recuerdo cuando mi madre me compró un abrigo en el almacén que había cercano a mi casa. Seguramente no era muy caro, pero más de los que mis padres se podían permitir. Me hizo una ilusión tremenda estrenarlo. Me acuerdo de que insistí mucho en que quería ese abrigo y estoy segura de que supuso un esfuerzo enorme para mi madre comprármelo.

También me emociono cuando leo una carta que escribí a mi mejor amiga cuando tenía unos 8 años aproximadamente en la que decía los planes de mis padres de llevarme a París y a Londres, pero cómo al final, por simples excusas (que yo me creía) no habíamos podido ir. Ahora leo esas lineas y me emociono... porque sé lo que significaban esas excusas. ¿Quizá cuando era pequeña también lo sabía pero no quería reconocerlo? No, creo que era más inocente que todo eso...

También recuerdo cuando tenía 14-15 años que quería que todo fuera de marca, porque eso te daba mucha seguridad delante de tus amigos...qué pena que me costase tanto tiempo entender que eso de llevar marcas era una tontería, y que no mide lo que vale una persona.

No sé por qué me vienen estos recuerdos a la mente, pero se me saltan las lágrimas al pensar en el esfuerzo económico que hay detrás de cada petición que te hace tu hijo, la sonrisa que tienes que forzar al decirle que eso no es tan bonito y que además es muy caro, y ver la cara de decepción de tu hijo/a. Ahora que veo lo que significa pagar un alquiler mensual y vivir en Madrid, entiendo lo que valen las cosas y todavía me pregunto de qué manera conseguían mis padres que no nos enterásemos de que había problemas económicos.

Esos valores me han seguido acompañando a lo largo de mi vida y me han dado una humildad que creo todavía conservar.

Mi madre sigue regalándome cosas baratas pero monas y necesarias para mi, y yo soy feliz con esto.

Gracias mamá! Te quiero

Comparto con vosotros un artículo sobre pobreza infantil en España. Parece que son casos extremos pero según datos de Save the Children, hay 3 millones de niños españoles al borde de la pobreza.

http://www.finanzas.com/xl-semanal/magazine/20141116/pobreza-infantil-espana-drama-7844.html

Humildad ante todo... no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita.

Buena semana!


Comentarios

Entradas populares de este blog

La ansiedad que nos pesa y la que nos hace crecer

Busco sensaciones

Se busca inspiración