La ansiedad que nos pesa y la que nos hace crecer

¿Quién no ha sentido ansiedad alguna vez?
De repente te sientes nervioso, expectante frente a todo lo que sucede a tu alrededor, con un radar extremadamente sensible y focalizas toda tu atención hacia aquello que te produce esa sensación incómoda, preparado para actuar de forma que calmes esa incertidumbre que no te deja vivir tranquilo desde hace unas horas, unos días o incluso más tiempo...
Lo curioso de la ansiedad es que es una emoción íntimamente relacionada con el miedo. El miedo es una emoción que expresamos cuando nos vemos amenazados de forma inminente ante un peligro real, mientras que cuando sentimos ansiedad respondemos ante un peligro que no está presente y la reacción que tenemos es desproporcional a la supuesta peligrosidad del entorno. Es gracioso darse cuenta de que la ansiedad a pesar de provocar un desagrado a priori menor que la emoción de miedo, provoca un desagrado mayor a largo plazo porque la duración de la ansiedad siempre es mayor. Piensa que ante una situación de peligro, actúas de forma inmediata (te persiguen por la calle y echas a correr). Sin embargo, el no saber qué hacer cuando termines la carrera dentro de 6 meses provoca una situación más angustiosa porque permanece contigo y no puedes reaccionar ante ella de forma rápida. Es por ello que gestionar la ansiedad es una de las cosas más importantes que deberías comenzar a desarrollar si todavía no lo has hecho. 
Debes tener claro que la ansiedad se manifiesta mediante la angustia y el estrés y  es una emoción normal que todo el mundo experimenta.

Por otro lado, hay que saber que existen dos tipos de ansiedad (la que nos pesa y la que nos hace crecer):
-La normal, la imprescindible para la vida, que mejora el rendimiento y la capacidad de adaptación. Recuerda cuando estabas haciendo un examen, la ansiedad que te provocaba el hecho de saber que sólo tenías un tiempo determinado para realizarlo y cómo tus capacidades de desarrollo y las ideas felices te venían más fácilmente que cuando estudiabas la materia en tu casa.
-La patológica, "la que nos pesa", aquella que nos impide superar los obstáculos, que provoca miedos y síntomas somáticos, es decir, nos provoca malestar físico aún cuando el origen no es provocado por nada, sino por la ansiedad.

No sé si estarás experimentando ansiedad en estos momentos de tu vida pero si te fijas, lo que te provoca la ansiedad no son situaciones que en este momento te puedan hacer daño, sino que sientes ansiedad porque has aprendido por experiencia propia o porque lo han vivido personas cercanas a ti, que no quieres experimentar ciertas experiencias, como el agobio de unos exámenes que te provocan ataques de pánico, o bloqueo emocional cuando ves que los tienes encima...y por lo tanto prefieres anticiparte a este sentimiento y comenzar a estudiar con mayor antelación.

¿Cuáles son las sensaciones de la ansiedad?
Cada uno las vive a su manera, pero seguro has experimentado alguna de estas: preocupación, inseguridad, temor, tensión, malestar, nerviosismo, dificultad de concentración, dificultad para tomar decisiones, sentimientos de pavor e incluso pánico...Y eso en cuanto a las sensaciones subjetivas, pero ¿qué pasa con las fisiológicas? No olvides que todo lo que estresa a tu cerebro tiene consecuencias en tu salud. Así podrás haber experimentado palpitaciones, taquicardias, vómitos, molestias digestivas, sensaciones de ahogo, temblores, hormigueo, fatiga, sequedad de boca, mareos...
Estos son síntomas que sentirías de forma más intensa en situaciones de miedo pero como ya he dicho anteriormente, el hecho de que la ansiedad dure en el tiempo hace que nos amedrenten más. 

¿Cómo detectar si una persona tiene ansiedad sin que te lo diga?
Si tiene comportamientos de malestar como desviar la mirada, llorar, realiza movimientos repetitivos, coge objetos sin una finalidad concreta, presenta dificultades para realizar actividades de coordinación motora, o cuando come, bebe, fuma, o se muerde las uñas de manera excesiva.

En psicología hay cuatro desencadenantes de la ansiedad: 
1. El temor a situaciones o acontecimientos interpersonales (crítica, rechazo, conflictos...)
2. El temor relacionado con la muerte, la enfermedad y los procedimientos quirúrgicos.
3. Temor a los animales.
4. Temores agorafóbicos, es decir, temor a los lugares públicos, los espacios cerrados y los abiertos, viajar solo en el metro...

En definitiva, la ansiedad nos permite detectar y procesar información para evitar que nos hagamos daño, nos moviliza ante situaciones amenazantes para evitar el riesgo o afrontarlo de forma más suave. Cada persona vive la ansiedad de diferente manera, es una emoción muy personal y está basada en el desarrollo personal de cada uno, así, hay personas con mayor tendencia a sentir ansiedad que otras, o que se preocupan con más facilidad. Desde luego hay un factor genético innegable pero el resto está en función de las experiencias vitales de cada uno. Las personas introvertidas que además tienen un temperamento retraído son más propensas a desarrollar trastornos de ansiedad y de depresión. Además son fundamentales los esquemas mentales de la persona, la forma en la que recuerda las historias que le han pasado. ¿Nunca os habéis fijado en cómo cuenta una amiga tuya una experiencia vivida conjunta y cómo la explicas tú? Nada que ver, ¿verdad?

Hoy por ejemplo, he sentido ansiedad cuando escribía esta entrada debido al compromiso que yo misma me he impuesto de escribir cada domingo. Al ver que no avanzaba todo lo rápido que quería he sentido agobio y he tenido que irme a pasear para desconectar porque me estaba empezando a sentir mal físicamente.
En mi opinión todo tiene solución excepto la muerte, así que lo que hay que hacer es relativizar al máximo las situaciones que nos producen agobio, estrés, angustia...en definitiva ansiedad. Y cuando la sintamos, debemos ser capaces de reconocerla en los dos sentidos, reconocer que la tenemos y darnos cuenta de que la estamos padeciendo.

Ya sabes, cuando te estreses deja de hacer lo que te provoca el estrés, cambia de actividad, haz deporte, esfuérzate por pensar en otra cosa, pero sobre todo, sé consciente de que estás siendo afectado por una emoción relacionada con el miedo y afróntala dándole la importancia que realmente merece. Si te ves incapaz de hacerlo tú mismo, habla y comparte lo que sientes con personas que creas te van a ayudar, por ejemplo, tu familia.

Os envío un bombazo brasileiro. AMO:

Besos, Lucia.


Comentarios

  1. Lucía, ¡tengo una pregunta! ¿Se puede llegar a vivir en una situación de ansiedad constante si nuestra mente y nuestro cuerpo llevan mucho tiempo en estado de ansiedad y se han habituado a estar en ansiedad constante?

    Cuando hemos estado épocas muy largas de mucha actividad y de repente la actividad se frena, ¿puede ser que ya no sepamos vivir sin ansiedad? o ¿se llamaría también a esta sensación ansiedad? ¿cómo se cura?

    Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pochi,un estado constante de ansiedad desembocaría en una depresión por lo tanto no se puede vivir en un estado de ansiedad constante sin caer enfermo.

      Respecto a tu segunda pregunta: Si has acostumbrado a tu cuerpo a altas presiones es normal que tu mente y por ende tu cuerpo eche de menos ese nivel de actividad y sienta ansiedad por el hecho de no tener nada que hacer. Probablemente estemos hablando de una persona a la que le gustan las rutinas y tener bien marcados sus objetivos porque las situaciones de incertidumbre no las tolera bien, le preocupa no tener nada que hacer, se siente insegura si no sabe qué va a hacer el día siguiente. Hay personas menos tolerantes a la incertidumbre y otras más, son rasgos de la personalidad de cada uno y no hay un método para "curarlo". Simplemente el hecho de que seas consciente de qué tipo de personalidad tienes y entender tu propensión a una mayor o menor ansiedad.
      Besos!

      Eliminar
  2. Lucía, y qué pasaría si tuviésemos, como ejemplo, a un chico/chica super seguro de sí mismo/a, una persona que se conoce y controla muy bien, que sabe diferenciar y analizar las situaciones en su vida aplicando para si mismo métodos que, digamos de una manera coloquial, no le hagan ni sufrir ni padecer? Entiendo que estaríamos hablando de una máquina, de un imposible, de alguien que no existe humanamente, quiero decir, la ansiedad debe/está íntimamente ligada a la parte subjetiva de nuestras vidas, no? No nos salvamos de la ansiedad y el miedo, entonces!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Elena, el hecho de que no exprese sus inseguridades como lo puedes hacer tú no significa que no las sienta.
      Por otro lado, la psicología dice que existen 4 tipos de personas en cuanto a la gestión de la ansiedad y "hace cruces" entre la tolerancia a la incertidumbre y la mayor o menor sensibilidad a las amenazas del entorno. De tal forma que cuando hablas de un sujeto que parece no padecer ansiedad quiza sea porque las situaciones de incertidumbre no le preocupan, (no se agobia por el futuro)y no ve amenazas a su alrededor bien porque es una persona muy segura de si misma o porque quiza no salga de los límites que él o ella conoce bien. Besos

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Busco sensaciones

¿ Por qué, por qué...?